Hierba de ballesteros, heléboro verde, ballestera, hierba llavera, barredero, castellada, eléboro verde, elebor, heléboro negro, hierba del alobado, llave del año, ornavario, pie de grifo, sagüerro, vedegambre verde, vedegambre negro ... Familia de las Ranunculáceas.
El nombre de Hierba del Ballestero, parece deberse a que en la Edad Media untaban las puntas de las flechas con su jugo, que actúa como un potente veneno por contener glucósidos cardíacos (heleborina o veratrina), además de saponinas, lo que desaconseja totalmente su uso en medicina popular.
Es una herbácea perenne que puede alcanzar los 50 centímetros de altura. Frecuente en zonas de montaña, sobre todo en el Norte de la Península. Florece en pleno invierno en taludes, bordes de caminos, cunetas, laderas, claros de bosque y en general en zonas húmedas y sombreadas, entre el musgo y el mantillo de las hojas descompuestas de hayas, robles y otras especies arbóreas, hasta los 1.700 metros de altitud. Suelos ligeramente ácidos. Toda la planta es de color verde. Las flores son un poco colgantes y tienen un tono más suave, miden unos 4 centímetros y aparecen en pequeños racimos.
Es bastante parecido a otra especie del género, el Helleborus foetidus, con el que comparte numerosos nombres populares. El H. foetidus es con frecuencia una planta más alta y ancha, tiene un tono ligeramente más amarillento, las hojas forman rosetas basales (en vez de distribuirse por todo el tallo), las flores tienen forma de taza, un poco más cerradas y a veces con bordes purpúreos. Es frecuente en bordes de encinares, robledales y pedregales calizos. Ambas especies comparten su elevada toxicidad.
Su nombre botánico es Helleborus viridis L. subsp. occidentalis (Reut.) Schiffn. También puedes encontrarla con los nombres de: Helleborus occidentalis, Helleborus angustifolius, Helleborus brevicaulis, Helleborus pallidus, Helleborus vaginatus, Helleborus personati, o Helleborus viridiflorus.
Las fotografías son de la segunda semana de enero de este año en Sierra Cebollera (La Rioja) donde cientos de plantas brotaban y florecían entre la gruesa alfombra de hojas de haya, tanto en las laderas sombreadas como en la margen del río Iregua.
Ref.: wikipedia.org, asturnatura.com,